En Casa de Piedra, una denuncia penal surge a raíz de un conflicto entre vecinos, originado por el volumen de la música. La situación se agrava con la llegada de la pareja del residente, lo que deteriora la relación previa de confianza entre las familias.
El problema se centra en los hijos de la familia contigua. En un principio, los niños jugaban al fútbol en la calle, invadiendo la vereda de los vecinos. Ante esto, la denunciante llegó a los extremos, colocando ramas de alpataco con espinas como medida disuasoria.
Posteriormente, las quejas se dirigieron hacia el hijo mayor de la familia acusada, un joven de 17 años, por el alto nivel de la música que escuchaba. Estas quejas se volvieron frecuentes y culminaron en una denuncia formal en la Comisaría de 25 de Mayo. No solo se limitaron al hogar, sino que se extendieron a cuando el joven conducía el automóvil familiar, así como al ruido generado por la moto que posee.
En respuesta, la madre del joven señalado aclaró que ningún otro vecino ha corroborado estas situaciones ni ha presentado quejas al respecto en la zona.